Al ver el título de nuestro artículo de esta semana, muchos lectores pensarán que tienen totalmente claro cómo cepillarse sus dientes de manera adecuada.

Tal vez sea así para algunos de nuestros lectores pero estamos convencidos de que un gran porcentaje de nuestra audiencia no sabe realmente cómo cepillarse los dientes de un modo totalmente óptimo y, por eso, vamos a tratar de explicar cuál es la mejor técnica para realizar el habitual cepillado de dientes.

Partimos de la base de que contamos con un buen cepillo de dientes y de que utilizamos un dentífrico adecuado a la hora de limpiarnos los dientes, claro está.

Una vez hechas estas consideraciones iniciales, procedemos a explicar una técnica sencilla pero óptima para realizar un correcto cepillado.

Limpiando los dientes de arriba

Vamos a comenzar el cepillado por la parte superior de la boca, es decir, empezaremos limpiando cada uno de los dientes de arriba.

Para ello, cogemos el cepillo de dientes con la pasta dentífrica ya situada en él y lo inclinamos en un ángulo de 45 grados con respecto al borde de la encía superior.

Una vez alcanzada esta posición, comenzamos a deslizar el cepillo unidireccionalmente hacia el borde del diente que estemos limpiando en ese momento.

Realizaremos movimientos unidireccionales entre la encía y el diente concreto en el que nos encontremos en todas sus superficies, tanto externas como internas.

Procederemos de igual manera con cada uno de los dientes que forman parte de nuestra dentadura en la zona superior de la boca.

Cepillando los dientes de abajo

Una vez que hemos terminado de limpiar todos los dientes de la parte de arriba de nuestra boca, continuaremos limpiando los dientes que forman parte de nuestra dentadura inferior.

En ese sentido, tenemos que cepillar la superficie de masticación de cada uno de estos dientes.

Para ello, realizaremos movimientos cortos de atrás hacia delante y también de delante hacia atrás en cada uno de nuestros dientes, comprobando que no dejamos ni un solo rincón sin cepillar.

Limpia también la lengua y los carrillos

Por último, pero no por ello menos importante, limpiaremos nuestra lengua y nuestros carrillos, de un modo que indicaremos a continuación.

Debemos cepillar suavemente la superficie de nuestra lengua, evitando pasadas bruscas que puedan dañar una zona tan delicada como esta.

También es esencial que limpiemos los carrillos de nuestra boca por dentro, con el objetivo de eliminar las bacterias que pudieran alojarse allí.

Limpiar correctamente nuestra lengua y carrillos también nos ayudará a tener un aliento más refrescante, evitando malos olores.

Esto ha sido sólo un pequeño acercamiento a las diversas rutinas y técnicas que forman parte de una buena limpieza oral diaria. La semana que viene os ofrecemos más consejos para que logréis alcanzar una limpieza bucal óptima.

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¡Hasta la semana que viene amigos!