La semana pasada empezamos a hablar de todo lo que tiene que ver con inculcar buenos hábitos de higiene bucodental a los más pequeños de la casa y, tal y como prometimos, vamos a seguir tratando este interesante tema un par de semanas más.

Empezamos insistiendo en la importancia de nuestro ejemplo, es decir, que es fundamental que nosotros, como padres y progenitores que somos, les ofrezcamos un ejemplo correcto para que ellos tiendan a imitarnos.

Una vez que ha quedado clara la que es para nosotros la base fundamental de todo, vamos a ofreceros nuevos consejos para tratar de crear esas buenas costumbres “dentales” de las que hablamos en el título de este artículo entre nuestros hijos pequeños (y no tan pequeños…).

Supervisad todo lo que hacen vuestros hijos

En material de salud bucodental, como en tantas otras, es importante que supervisemos lo que hacen nuestros hijos y cómo lo hacen, es decir, ellos son pequeños y sus intenciones son siempre buenas pero eso no quiere decir que no puedan hacerse daño sin querer.

Un buen ejemplo lo encontramos en el uso del cepillo de dientes, por supuesto deberemos elegir un cepillo adecuado a su edad y necesidades pero, además de eso, debemos estar pendientes de cómo se cepillan los dientes para que aprendan a hacerlo bien y no se hagan daño en las encías.

Según vayan creciendo, iremos adaptando el cepillo de dientes que van a utilizar, no es lo mismo cepillarse los poquitos dientes de leche que tienen a tener que cepillarse una dentadura completa, a medida que los dientes definitivos le vayan saliendo.

Al fin y al cabo, se trata de adaptarse a las necesidades del niño o niña y supervisar sus primeros pasos con este tipo de rutinas de limpieza e higiene bucal para evitar problemas. ¡La semana que viene más consejos!