En la sociedad actual, son muchas las personas que usan algún tipo de prótesis dental, no sólo individuos pertenecientes al colectivo de la “tercera edad”, sino también personas más jóvenes que por diversas razones han tenido que recurrir a este recurso.

Es por eso, que esta semana hemos decidido hablar de prótesis dentales, tanto si hacemos referencias a prótesis removibles como a prótesis fijas, analizando su correcto cuidado y mantenimiento para conseguir sacarle el máximo provecho a esta increíble herramienta que nos proporciona una mayor calidad de vida.

Consejos para prótesis removibles

Las prótesis dentales removibles son lo que comúnmente se ha venido denominando “dentaduras postizas”, es decir, prótesis dentales de “quita y pon”. Esta característica les proporciona una serie de ventajas sobre sus homólogas fijas, sobre todo a la hora de poder limpiarlas más fácilmente.

Y es que es fundamental limpiar perfectamente este tipo de prótesis después de cada comida importante. Para ello, utilizaremos un buen cepillo de uñas, así como un poco de pasta o algún jabón adecuado para estos “menesteres”.

Muy importante: debemos limpiar la prótesis dental sin llevarla puesta sobre la boca, es decir, quitárnosla y limpiarla de manera manual. Lo cual no quiere decir que no tengamos que limpiar correctamente el resto de nuestra boca: lengua, encías, paladar, etcétera.

A la hora de irnos a la cama, es conveniente quitarse la prótesis dental y no dormir con ella puesta. De este modo, los tejidos bucales podrán descansar y no estarán sometidos siempre a la presión que ejerce sobre ellos la prótesis.

Eso sí, siempre que nos quitemos la prótesis dental, a excepción de cuando vamos a limpiarla después de comer, debemos acordarnos de mantenerla dentro de un vaso de agua, para que se conserve mucho mejor. En ese sentido, podemos añadirle al agua unas pastillas desinfectantes o algún producto similar, una vez por semana, aproximadamente.

Recomendaciones para prótesis fijas

Si llevamos puesta una prótesis dental fija (de las que no se pueden quitar), tendremos que limpiarla del mismo modo que nos limpiábamos los dientes o que lo seguimos haciendo, en caso de que aún conservemos piezas dentales.

Si lo deseamos, también podemos utilizar algún tipo de irrigador, una herramienta especial que nos facilita la limpieza de este tipo de prótesis, ayudándonos a eliminar los restos de alimentos que se quedan muchas veces adheridos a nuestros dientes o a las coronas que llevamos puestas.

En caso de que notes que tu prótesis fija comienza a moverse ligeramente, podrías aplicarle un poco de pasta adhesiva para tratar de fijarla de nuevo. Eso sí, sólo si tu dentista de confianza así te lo recomienda y siguiendo en todo momento sus indicaciones.

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