¿A quién no le gustaría tener unos dientes blancos radiantes? Vemos a las estrellas de Hollywood y a muchos otros famosos sonreír y sentimos una sana envidia, es algo completamente normal.

Lo que no es tan normal ni tan lógico es que recurramos a cualquier producto o negocio no especializado para conseguir este propósito. Blanquear los dientes requiere de la supervisión de profesionales, no debemos ser negligentes.

En ese sentido, hay personas que para aclarar el color de su dentadura acuden a dudosos productos que compran en Internet o en algunas grandes superficies, o incluso crean ellos mismos una especie de preparado con el que intentan realizar una limpieza profunda de la superficie de cada uno de sus dientes.

Recuerda que lo barato puede salir muy caro, ¡evitemos las negligencias!

Este tipo de productos trabajan sobre el esmalte de nuestros dientes, provocando a menudo una erosión o abrasión extrema sobre la superficie dental, esto es muy peligroso y puede traer consecuencias muy negativas.

Tengamos en cuenta que estamos desgastando superficialmente nuestros dientes con productos químicos que pueden reaccionar de formas imprevistas, llegando a provocar daños irreparables.

En el mejor de los casos, obtendríamos una superficie dental tremendamente limpia pero a costa de haber dañado nuestros dientes por dentro, e incluso nuestras encías. Decimos limpia, no blanqueada, porque el color del diente no reside en el esmalte, por tanto, de este modo no conseguimos nuestro objetivo.

No te la juegues innecesariamente, realizar un tratamiento de blanqueamiento dental no vale tanto como para poner tu salud en juego. Contacta con Clínica Dental Cuadrado e infórmate, ya verás cómo podemos ayudarte.