Implantes dentales: conócelos mejor para perderles el miedo

Hace unas semanas os comenzábamos a hablar del proceso completo que se encuentra detrás de un implante dental, ya que creemos que la mejor forma de superar un miedo es el conocimiento.
Sabemos que algunas personas le tienen un cierto “respeto” a la posibilidad de hacerse un implante dental, como si fuera algo terrible, muy doloroso e incómodo pero la realidad es otra bien distinta.
La cirugía que se necesita realizar para colocar un implante está muy estudiada, con lo que es bastante segura y las ventajas que se consiguen con ella superan a las posibles desventajas.
La “oseo-integración”, la parte clave del proceso
Una vez que el especialista ha realizado un pequeño corte en la encía del paciente para poder acceder a su hueso, se realizan los agujeros que sean necesarios, en función de los pernos metálicos que se vayan a colocar.
Los pernos sirven de base o raíz para el diente artificial que formará el implante. En todo este proceso el paciente está anestesiado, por lo que el dolor y molestias que siente son mínimos.
Una vez que cada perno metálico está colocado en la mandíbula del paciente, comienza la parte clave de todo este proceso: la “oseo-integración”, es decir, la integración del nuevo objeto metálico en el hueso de su mandíbula.
El implante se integra como lo haría un diente natural
Este proceso completo puede llevar hasta varios meses, en los que el hueso de la mandíbula crece y se expande para proporcionar una base solida al nuevo diente, del mismo modo que lo haría si crecieran las raíces de un diente natural.
Esperamos que con esta información te hayas quedado un poco más tranquilo y si no, contacta con Clínica Dental Cuadrado y responderemos a cualquier duda que puedas tener.